Hoy en día, parece que apenas podemos echar un vistazo a Internet, ya sea desde el teléfono, el portátil o la tableta, sin que nos asalten anuncios llamativos e irritantes.
Sobre todo cuando hay muchos lugares más agradables donde colocar sus anuncios. Pocos de nosotros, por ejemplo, nos oponemos cuando vemos un anuncio de una nueva película en el lateral de una marquesina de autobús o un cartel en la estación de tren. Esto se debe en gran parte a que, en esas situaciones, estamos de brazos cruzados y cualquier diversión o estímulo visual es bienvenido.
A menudo ocurre lo mismo cuando comemos, sobre todo cuando estamos sentados comiendo solos.
Algunos de los recuerdos más felices de mi infancia eran la lectura de los contenidos que solían poner en el reverso de la caja de cereales en la mesa del desayuno. A los jóvenes de hoy les puede sonar raro, pero en los años 70 solía haber artículos especiales tipo revista, concursos y mucho más en torno a tus cosas favoritas, desde grupos de música pop hasta programas de televisión.
Ahora, McDonald's en Noruega ha dado un nuevo giro al uso del envase como mecanismo de comunicación. Es una idea original y divertida, brillantemente ejecutada.
La campaña, dirigida por Nord DDB Oslo, presenta la clásica bolsa de papel de McDonald's, cortada a mano para que se parezca a los edificios de apartamentos clásicos de Noruega. Es una forma sutil de reflejar que, en los tiempos de las aplicaciones de reparto, es tan probable que disfrutemos de una hamburguesa en casa como en un restaurante de comida rápida.
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